Desafío al arraigo

Bajó decidida a la cocina. Cogió unas piñas y unas ramitas pequeñas de la cesta de la leña y las dispuso en la lareira. Encendió una piña que rápidamente prendió todo el resto de madera seca, acercó un trozo de leña de pino y otro grande de carballo para que se fuese calentando y mantuviese el fuego el resto de la mañana.




Partió el pan y un cruasán por la mitad. Lo dejó ante el fuego en una pequeña bandeja. Se cubrió la espalda con un chal y salió a recoger fruta al naranjo. El frío le arañó la cara toscamente, el vaho que desprendía su respiración delataba la temperatura gélida. Desprendió un par de naranjas con cuidado. Se acercó al gallinero y abrió a las gallinas que estaban apretujadas en un rincón. Recogió dos huevos y se apresuró a entrar de nuevo en la casa.



Sacó leche de la fresquera. Batió enérgicamente uno de los huevos. Dispuso un mantel encima de la mesa, cubiertos, un poco de aceite del bueno y miel. Preparó un revuelto de huevos y calentó el pan, el cruasán y un poco de leche.




También pensó en el chocolate y, cuando tenía todo preparado encima de la mesa, exprimió las naranjas y bebió el jugo.



Se sentó y se dispuso a comer. Empezó por el revuelto de huevo. Hacía mucho que no disfrutaba de ese sabor. Untó un poco de mantequilla en el cruasán y saboreó todos aquellos productos prohibidos. Su alergia no le permitía comer todo aquello. No debía, no podía. Así que aquella mañana se atrevió a provocar. Se atrevió a superar sus miedos y allí la encontraron, desafiante, comiendo todo aquello que no debía comer.



Se percató que llevaba tanto tiempo reprimida que no se había permitido someter a su cuerpo a ninguna prueba. La miraban en la distancia, con la boca abierta, sin articular palabra.



Siguió masticando delicadamente cada uno de aquellos alimentos. Terminó bebiendo leche, hasta saciarse. Alzó la mirada satisfecha, recogió los restos de su desayuno, lavó aquello que había ensuciado.



Había transgredido, se había atrevido. No sabía qué pasaría a continuación. Había desafiado toda coherencia, había desafiado años de costumbres y prohibiciones.

Comentaris

Entrades populars