Más platón y menos prozac
- El pragmatismo nos lleva a preguntarnos: ¿Adónde nos conducen los trastornos y su catalogación?
(pág. 52) - ¿Acaso hay forma mejor de librarse de una pesada losa que encasillar toda clase de infelicidades o mala conducta a una enfermedad, fruto de la genética, la biología o las circunstancias y que por consiguiente escapan de nuestro control?
(pág. 53) - La única manera de obtener una solución práctica y duradera a un tema personal consiste en abordarlo, resolverlo, aprender de él y aplicar lo que te aprenda en el futuro.
(pág. 54) - La idea de que todos los problemas personales son enfermedades mentales constituye prácticamente una enfermedad en sí misma. Su principal causante es la irreflexión y la mejor cura la lucidez y ahí es donde el coach entra en juego.
(pág. 58) - El coaching es más un arte que una ciencia y siempre es diferente con cada individuo. De ahí la dificultad de definir el coaching.
- El coachee debe avanzar a su ritmo. Tanto si reflexiona por su cuenta, como si lo hace con un amigo o un profesional preparado.
Emite el problema sin emitir juicios. Los juicios son sucesos externos al coachee, hechos que existen con independencia de tus creencias, sentimientos o deseos al respecto.
(pág. 63) - Las grandes exploraciones requieren mucho tiempo y esfuerzo.
(pág. 75)
Más Platón y menos prozac, Lou Marinoff
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