Zhuang Zi

Introducción de Pilar González España de Capítulos Interiores de Zhuang Zi

"Todo gran poeta está callado sin parar de hablar.

(...) Igual que su pez Kun (...), Zhuang Zi se desliza entre las manos que intentan atraparlo.

Supongamos que todo comienza en la Nada, en una Nada inmensa como un océano oscuro. (...) Esa Nada sugerida por Zhuang Zi está orgánicamente viva y en ella hay un haber, aunque invisible. Todo empieza en el Norte, en la oscuridad y frialdad de un abismo. Estamos situados más allá de todo límite, en un misterioso origen, en la matriz de la existencia; porque en el carácter ming que representa al abismo hay un sol, cubierto por un techo, un sol que, aunque oculto, está sin embargo presente y potencial. En lo más profundo del abismo hay vida. (...) Lo abisal se encuentra al principio y al final de todos los acontecimientos cósmicos. (...) La Gran Madre, la entidad religiosa y psicológica más universal; unificadora (todo lo disuelve), integradora (todo lo engulle). El abismo es unificador pero no homogéneo, conglomerado de existencias pero no única materia.

(...) Los antiguos chinos no concebían un universo estático; todo en el mundo estaba animado y era cambiante. Estos cambios no operaban de forma lineal, sino cíclica. La transformación constante de todas las cosas y de todos los seres es la única realidad fija en el pensamiento chino y el eje en torno al cual se concibe la vida. El proceso de transformación es siempre invisible pero su resultado es la presencia al mundo de las formas: lo visible. (...) La concepción antigua del tiempo se fundamenta en la alternancia del Yin y Yang que se repite cíclicamente como un esquema rítmico, cuyo principio se encuentra en la antítesis de períodos de dispersión y de concentración. "

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