Harta de las apariencias
Mirada gélida. La máscara que debe disfrazar sus pensamientos ha caído. No se le da bien esconder sus emociones y tampoco lo pretende. Cansada de apariencias, hastiada por las mentiras, harta de las comparaciones, de los menosprecios, del maquillaje y los disfraces.
¿Queda algún rastro de autenticidad en las personas?
Simpatías ficticias, intereses escondidos, sonrisas falsas. No vive ajena a ese mundo de inseguridades. ¿Tanto cuesta reconocer las propias limitaciones? ¿Tanto cuesta ser transparente? ¿Tanto cuesta exhibir los propios miedos?
"Da lo que quieras recibir." Esa es su máxima para relacionarse con otras personas. El próximo nivel es elegir a personas auténticas, relacionarse con ellas y no esperar nada de las personas mediocres. De lxs borregxs que mentirán y aparentarán por ser más, por no reconocer que se han equivocado, por no mostrar sus límites e intereses de forma abierta.
Se acabó pretender que todas las personas son iguales, se acabó lidiar por un mundo de paridad. Las personas mediocres no lo merecen y, como dice Guis cuando habla de borregxs; o Ramón y Cajal, con lxs inútiles crónicxs; o Morfeo en Matrix o Ingenieros en "El hombre mediocre", lucharán por mantener su mundo sin cambios.
Contrariada, decepcionada y triste, deja que las lágrimas resbalen por sus mejillas. Desconsolada ante tanta mediocridad, sumerge sus ojos mimetizados con el fondo oceánico.
¿Queda algún rastro de autenticidad en las personas?
Simpatías ficticias, intereses escondidos, sonrisas falsas. No vive ajena a ese mundo de inseguridades. ¿Tanto cuesta reconocer las propias limitaciones? ¿Tanto cuesta ser transparente? ¿Tanto cuesta exhibir los propios miedos?
"Da lo que quieras recibir." Esa es su máxima para relacionarse con otras personas. El próximo nivel es elegir a personas auténticas, relacionarse con ellas y no esperar nada de las personas mediocres. De lxs borregxs que mentirán y aparentarán por ser más, por no reconocer que se han equivocado, por no mostrar sus límites e intereses de forma abierta.
Se acabó pretender que todas las personas son iguales, se acabó lidiar por un mundo de paridad. Las personas mediocres no lo merecen y, como dice Guis cuando habla de borregxs; o Ramón y Cajal, con lxs inútiles crónicxs; o Morfeo en Matrix o Ingenieros en "El hombre mediocre", lucharán por mantener su mundo sin cambios.
Contrariada, decepcionada y triste, deja que las lágrimas resbalen por sus mejillas. Desconsolada ante tanta mediocridad, sumerge sus ojos mimetizados con el fondo oceánico.
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