Es así

Todavía con el boli en la mano, se quedó mirando fijamente la persiana. Llovía y el ruido del agua la adormecía. Sentía como el olor del té verde marroquí se introducía por sus fosas nasales.




Notó como se acercaba por detrás. Posó su mano en el hombro. Apoyó la bandeja con la bebida humeante en el escritorio, retiró la mano, inclinó la cabeza a la altura de su cara para situar su mirada en el mismo punto de vista.




- Deja eso, empiezan los fuegos artificiales.




- ¿Hace frío fuera?




- He preparado unas mantas en el balcón.




Desprendió el boli de entre sus dedos e hizo el gesto de levantarse. Percibió cómo se apartaba y retiraba su mano del hombro. Palpó la pared en busca de la correa de la persiana y estiró de ella.




- Entrarán mosquitos.




- No necesito luz y ellos sí.




- La luz está encendida.




- Pues apágala para que no entren.




Estiró la mano hasta la taza y la acercó a sus labios. Sorbió despacito y se imaginó la escena que estaba viviendo como la narración de un libro. Le gustó la idea, cogió el boli y el cuaderno donde escribía y caminó hasta el balcón. Notó cómo perseguía con su mirada el movimiento de su silueta. Apresó sus pasos para salir rápido de su campo de visión.




Cogió una manta y se recostó para ver el espectáculo de luces en el cielo. Apoyó la punta del boli en el cuaderno y se sumergió en la escritura. Nada la distrajo, no percibió ni su compañía ni los colores ni el estruendo del cielo. Escribía para ella, había entrado en trance, fluía toda ella, era ella.
--------------------------------------------------------------

Mario Benedetti - Amor de tarde.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico."

Comentaris

Entrades populars