El elogio de Tanizaki

Después de tantos años de búsqueda, allí estaba. Ya casi lo había olvidado. Ya no sabía ni pronunciar su nombre. Lo había buscado, no de esa forma insistente y desesperada; sino en la espera activa de quien vive cada instante eterno y reconoce las oportunidades. Pero las constelaciones no se alineaban para su encuentro y, poco a poco, la luz que iluminaba sus ojos, cuando lo buscaba, se había ido apagando.

Ni se conocían. Pero al verlo, ella relajó su expresión y sonrió. Apoyó sus manos sobre él como si fueran viejos conocidos y le clavó la mirada, como tratando de captar la esencia de su interior mirando tan sólo la apariencia externa. Se iba con ella, no había duda.

No pronunciaron ni una sola palabra. Salieron juntos de aquel arrogante museo, en silencio. Ella lo presionaba fuerte con su mano, ahora no quería perderlo. Pensaba en cómo adaptar su vida para darle el espacio y el tiempo que él merecía.

Sentados en el avión, volvió a escrutarlo con la mirada. Eran de países y culturas diferentes, él japonés, ella andorrana. Se comunicaban en francés, pero los dos sabían que el lenguaje se quedaría corto para entenderse plenamente. Poco importaba. Apenas habían intercambiado unas palabras y ella ya sabía que nunca más la abandonaría, siempre permanecería con ella.

De vuelta en casa, parecía como si siempre hubiese estado allí. No llamaba la atención por la novedad. De hecho, ella sabía de su existencia mucho antes de vivir en aquella casa. Él ya la acompañaba en su mente. Ahora, allí estaba, esperándola, esperando pacientemente en la sala de estar, esperando que ella le destine el tiempo necesario para su reencuentro.

Ella lo imagina, lo presiente. Sabe que de sus palabras beberá una sabiduría insólita, lejana, extraña... Teme enfrascarse en su lectura y alejarse tanto de Matrix que luego ya no sea reversible. En realidad, no teme su expulsión de Matrix, en realidad, teme perder a sus seres queridos que siguen allí. Teme su desprecio, teme que la encasillen como una Madame Bovary o un Quijote de la Mancha.

(陰翳礼讃, ¡pronto estoy contigo!)

Comentaris

Josep Nogue ha dit…
"Elogio de la sombra" És com veure el món a través del seu negatiu. Des que vaig trobar aquest text, el 1987, a la revista "el pasante"ha estat un dels meus referents.

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