Salir del marco de tu ventana

Porque a veces necesitas coger distancia para salir de tu monotonía. Escogemos rutinas que nos facilitan la vida y nos transformamos en seres costumbristas. Esa paz que nos proporciona actuar como autómatas conductuales que sólo responden de forma binómica a los eventos. Nuestra vida se convierte en fácil.

Cuando algo obstruye esa facilidad, nuestra calma se trunca y empezamos a enfurruñarnos con aquello que nos proporcionaba estabilidad. Así se transforma lo que nos hacía felices en una costumbre que nos va royendo por dentro. Para salir de ahí, es necesario salir del entorno para poder cambiar la perspectiva. Para alejarnos de nuestra ventana y ver todo el paisaje que no recoge el marco. Ahí en ese espacio extraño, conseguimos que se produzca el cambio. En ese alejamiento de la cotidianeidad es donde surge la elección que nos convierte en personas libres y proactivas de nuestras vidas. Pero ese distanciamiento requiere tiempo y si de algo se aqueja nuestra sociedad es precisamente de su escasez, de la falta de tiempo que llenamos con trabajo, ocio, familia y cualquier tipo de actividad que nos conduzca el frenetismo y desenfreno de esa costumbre que nos abstrae de lo que realmente somos, personas libres, libres para escoge, libres para decidir.