Depredadora


Sedienta de sangre, pasa el reverso de la mano por las comisuras de sus labios con restos de su última víctima que yace con expresión inocente, confiada e inerte.

Quiere más, insaciable estira su espalda, saca pecho, estira sus piernas y sale al encuentro de nuevas experiencias e intercambios.

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