Mi sueño

He despejado mi mente. Ya sé lo que quiero. Ya sé cuál quiero que sea el fin último de mi existencia. Suena romántico, quizá estoy un poco influenciada por la lectura de la Catedral del Mar y de ahí mi heroismo.

En todo caso, me duele la cabeza de tanto llorar. Estoy triste y soy rebelde. Me rebelo contra los opresores, me rebelo contra las normas, me rebelo contra el capitalismo, me rebelo contra los rebaños de ovejas.

Las ovejas son tontas, allí donde va la mayor, van las demás. La persiguen.
Si se les acerca alguien desconocido, escapan. No dudan en tirarse por donde haga falta con tal de no acercarse a lo desconocido. No me gustan las ovejas.

Quizá sea por la similitud que tienen con el comportamiento humano. Hay un líder y allí donde nos dice el líder que tenemos que ir, allí vamos. Sin pensarlo. Si se nos acerca algo desconocido, tenemos miedo. ¿A qué? ¿A qué le tenemos miedo? ¿Y qué somos capaces de hacer para dejar de tener miedo? ¿Dejar que dirigentes sin escrúpulos nos expliquen lo malos que son los malos y que no podemos hacer nada por remediarlo?

Desde pequeña he pensado que todos éramos buenos y sigo pensándolo. Pienso que el sistema que hemos inventado es una trampa en la que permanecemos temerosos alimentándola para que sea más grande:

- hay que estudiar para tener un buen trabajo
- hay que tener un buen trabajo para tener una buena casa
- hay que tener una buena casa para que nos quieran y nos respeten
-...

¿Y el ser? ¿Qué somos?

Aceptemos que la democracia sea el mejor de los sistema inventados. ¿De qué nos sirve vivir en el mejor de los sistemas si nos gastamos el dinero en psicólogos, terapeutas y demás?

No somos felices. Necesitamos vivir conforme a unos valores, los nuestros, cada uno los suyos y saber que no somos bichos raros. ¿Cómo nos sentimos las pocas veces que ayudamos a alguien? ¿Cuando dejamos que una abuelita se siente en el autobús?

¡Yo se lo cuento orgullosa a todo el mundo!

Eso me hace feliz. Ayudar a los demás.

¿Y si pudiera ayudar a los demás de forma generalizada?

Pues eso intento. Ahora que el coaching me ha dado alas y ha liberado parte de mi potencial. Ahora que personas se me acercan preguntándome por mis blogs y mis inquietudes. Ahora me siento capaz de decir que quiero contribuir a la mejora de la sociedad.

Tengo poder de creación para crear una sociedad más justa y más libre. Libre de prejuicios, libre de hipotecas, libre de todas las obligaciones que no sean las que queremos y escogemos.

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