Fría frivolidad

Cuando después de escalar; con los ojos lagrimosos por el cansancio; la ropa sucia y, muchas veces, rota buscamos alguna plaza con una fuente donde poder cocinar algo en el hornillo y llevarnos algo caliente antes de buscar algún rincón donde dormir; las gentes pasan por nuestro lado, algunas nos miran con cara de pena, otras con asco. Las criaturas se nos acercan divertidas y preguntan. Si van con su padre o con su madre, pronto se les acaba la sonrisa. Las cogen de la mano, las arrastran y regañan: ¡no molestes! Lo que quieren decir es: ¡no te acerques! También nos encuentra gente campechana que se une a nuestro manjar con alguna contribución y allí nos sentamos. Casi siempre en el suelo, con alguna pared donde descansar la espalda.

Cuando comemos, después de pasar todo el día en la roca, apreciamos cualquier cosa, cualquier cosa nos satisface. Si estamos muy cansadxs sólo pensamos en dormir, pero si todavía nos queda algo de energía y tenemos ganas de hablar, hablámos con quien se nos acerque, puede que hasta nos atrevamos a tener la iniciativa y nos dirijamos a ti, pillándote por sorpresa.

Desconozco la realidad del hombre de la foto. No me he acercado a preguntarle. Quizás elige vivir así, quizás está cansado de no saber apreciar el sabor de un alimento o el placer de darte una ducha de agua caliente en la intimidad y prefiere vivir en la calle. Quizás es un desequilibrado o quizás sea rico y se disfrace para vender sus anticuallas. Quizá es un sabio como Diógenes de Sinope.


Yo misma señalo, juzgo y siento lástima por quien creo que está en una situación desfavorecida y rabia por quien me han educado para creer que tiene una vida más afortunada que la mía. Me han educado para sentir envidia de personas que salen en las vallas publicitarias y lástima por quienes se preocupan por lo que realmente les interesa y deciden vivir en base a sus normas.

Disculpa, JM, por inspirarme así con tu foto, disculpa por no compartir tus tristes palabras. La foto me ha hecho recordar buenos momentos durmiendo en porches de iglesias y compartiendo comida y bebida con colegas de cordada y vecinxs. Me ha traído el placer de saborear una tostada de paté del malo que un compañero me ofrecía al llegar a la cima y que esa misma mañana despreciaba antes de empezar la caminata.

Firmado: Nómada asentada que recuerda sus días de casa caracol.

Comentaris

Qué cojones de disculpas Cris. Yo estoy sentado con vosotrxs y comparto la foto, o una onza de chocolate... lo que sea.

Entrades populars